El claustro del convento de la Merced de Ciudad Real, acogió la conferencia del Doctor Vicente Castellanos Gómez, sobre el partido único y personalista de Miguel Primo de Rivera, La Unión Patriótica, clave para movilizar a las masas a favor del dictador y poner en marcha sus decisiones políticas. En el estudio publicado por Ediciones C&G, Castellanos, analiza la repercusión que este partido tuvo en la provincia de Ciudad Real.
El autor del libro “La Unión Patriótica en la provincia de Ciudad Real (1923-1930)”, (Ediciones C&G), estuvo acompañado por el Doctor Francisco Alía Miranda, jefe del departamento de historia de la Universidad de Castilla-La Mancha y por el editor castellano-manchego, Julio Criado, quien detalló como el trabajo de Vicente Castellanos, había obtenido el premio provincial del ‘V Concurso Oretania de Investigación Histórica’ que, en sus nueve ediciones de vida, ha entregado y publicado casi medio centenar de trabajos de investigación sobre la historia de Castilla La Mancha, en especial sobre Ciudad Real y sus pueblos.
Por su parte Francisco Alía, aseguró que “no es fácil que alguien hable de la Unión Patriótica y menos en Ciudad Real”, puntualizando que la Unión Patriótica es un tema bastante desconocido, tanto es así que “apenas hay libros en el panorama historiográfico nacional”, y añadió que, con el libro de Vicente Castellanos, “Ciudad Real, quizás es de las provincias que mejor están estudiadas”. Posteriormente Francisco Alía, quien mantiene “una estrecha relación y amistad desde hace muchos años” con el autor, detalló los logros académicos de Vicente, no en vano fue codirector de su tesis doctoral.
Cabe decir que Vicente Castellanos Gómez, es doctor en Historia por la UCLM, catedrático de Educación Secundaria con ejercicio de la docencia en IES Santa María de Alarcos de Ciudad Real, donde es jefe del departamento de Historia, investigador, autor del libro “Musicalerías: Ciudad Real, música y sociedad (1915-1965)” y de “La Unión Patriótica en la provincia de Ciudad Real (1923-1930)”. Compositor y cantautor. Ha editado tres discos. Ha coordinado doce libros de la Editorial Santa María de Alarcos y es autor de numerosos artículos y capítulos de libros. Trabaja como profesor asociado de la UCLM, campus de Ciudad Real, impartiendo clases de Historia en Relaciones Laborales, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y es miembro del Instituto de Estudios Manchegos.
La Unión Patriótica
Castellanos en su conferencia “Los días de la raza. La Unión Patriótica en Ciudad Real, hace 100 años “, resumió de manera amplia, el trabajo publicado por Ediciones C&G, “La Unión Patriótica en la provincia de Ciudad Real (1923-1930)”.
El 13 de septiembre de 1923, el entonces capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, da un golpe de estado. El gobierno del general Primo de Rivera abre un periodo marcado por la suspensión de las garantías constitucionales, la prohibición de otras lenguas que no fuesen el castellano, la disolución de las diputaciones provinciales y la censura de prensa.
Tras el golpe, existía en España la certeza de que una de las principales causas de la situación de crisis que había terminado desembocando en un golpe de Estado había sido la pasividad de los ciudadanos, reflejo del descredito del régimen de la Restauración. Por tanto, era necesario aprovechar la enorme popularidad de la que gozaba el gobierno de Primo de Rivera en esos momentos para crear una serie de organizaciones políticas poderosas que pudieran hacer cumplirse los planes del dictador. Primo de Rivera nunca quiso que su régimen fuera visto como una simple aventura militar, por eso, puso sus esfuerzos en crear una base civil y dotarle de una filosofía política e ideología, como alternativas legitimadoras frente a los problemas que España sufría en aquel momento. En el año 1924, Primo de Rivera hizo un llamamiento a todos los “patriotas” para congregarse en un nuevo partido. En el mes de abril se fundaba la Unión Patriótica.
Según Castellanos, “en principio, la unión patriótica, más que un partido político, fue un movimiento de afiliación, afecto a la persona del jefe del directorio, el general Miguel Primo de Rivera”. “Importaba, por encima de todo, la suma de muchos hombres de reconocido prestigio local, que antes no hubieran participado en política, pues el objetivo básico del directorio, al menos en una primera fase, era destruir el sistema parlamentario basado en lo que Primo llamaba la política profesional”.
“El supuesto movimiento espontáneo que esperaba Primo de Rivera pues no se produjo de ninguna manera en Ciudad Real y fue necesaria la movilización desde arriba”, y no es la única diferencia destacable en Ciudad Real, frente a otras zonas o regiones, Castellanos explicó como “el 29 de enero de 1929 tiene lugar el golpe de Estado contra Primo de Rivera con epicentro en Ciudad Real. Fue un golpe de Estado raro que aglutinó a Republicanos, a Sánchez Guerra, que estaba en el exilio, muy decepcionado con el rey, a los artilleros, que estaban totalmente decepcionados con Primo de Rivera, el ejército dividido e incluso la CNT, creo recordar, que también prestó apoyo a este golpe. Bueno, era un batiburrillo de apoyos y no quedaba más remedio que aquello fracasará y quedase en nada”.
A lo largo de la conferencia, Vicente Castellanos, dejó entrever inquietantes similitudes con la problemática política hoy en día en España y en el resto del mundo, hasta tal punto que, como punto final, explicó como el pasado año en un debate con alumnos de la Universidad les preguntaba “si sería posible hoy en España, nuevamente una dictadura de carácter militar”. A lo que los universitarios unánimemente le dijeron que lo creen posible. Contestando de forma unánime que por estar “decepcionados por la clase política actual”.
Sin embargo, a Castellanos, lo que más le inquietó de esa respuesta fue “descubrir que la mayoría de ellos, sino a todos, les daría igual que hubiera una dictadura que vivir o seguir viviendo en el sistema actual tal y como se está dando. No piensan que la democracia y el sistema parlamentario le traiga mejoras a su vida”.
“Hace 100 años, el parlamentarismo entró en un grado alto de descomposición, provocando la aceptación de modelos aparentemente salvadores y regeneracionistas. Pero la historia debe recordar que muchos modelos regeneracionistas, por definición, acaban cayendo en una degeneración mucho mayor que la que han intentado sanar. Y que estos modelos aprovecharon lo que hoy llamamos populismo, para subsistir. Yo creo que, al fin y al cabo, es una lección de la historia”, que tenemos que tener en cuenta.