He leído varias veces el artículo “Como Juan Palomo…”, obra del concejal socialista Casto Sánchez; lo cierto es que cuanto menos me ha causado rubor.
Debemos partir de una premisa fundamental: la decisión de trasladar el segundo festivo local del viernes de la feria de Mayo al día del Santo Voto no puede ser calificada como una imposición. Ha sido una decisión aprobada en el pleno del Ayuntamiento de Puertollano por mayoría absoluta, debiendo entenderse este absolutismo como meramente numerario y democrático y no como una reminiscencia del Antiguo Régimen que estudiábamos en clase de Historia. El problema fundamental es que el socialismo sólo reconoce la democracia cuando gobierna y en la oposición se vuelve rencoroso y suspicaz, desarrollando un filibusterismo moral que intenta pervertir cualquier decisión que ellos no compartan.
A don Casto Sánchez todo le viene mal: agrupa en su artículo a alcaldes socialistas y franquistas que no hicieron festivo en sus pretéritas legislaturas el día del Santo Voto para no alterar el orden “divino” de las tradiciones del pueblo que según él no deben tocarse sin consultar a la gente. Quizá por eso el PSOE incumplió su promesa de realizar una consulta popular para conocer la opinión de los ciudadanos sobre cuál debe ser el segundo festivo local. O quizá por respeto a esas tradiciones el partido socialista les preguntó a ustedes qué les parecería hacer obras en el Paseo de San Gregorio por donde tradicionalmente discurren, perdón, han discurrido los pasos perdidos de buena parte de los vecinos de esta ciudad hasta que hace ya casi un año quedó rodeado por una valla y con una topografía que remeda tristemente una zona asolada por un conflicto bélico.
Se queja también de la entrevista “amable y complaciente” que le han realizado este lunes al alcalde en un canal de televisión. Nada que ver con la flagelación pública a la que debían someter al anterior primer edil, señor Muñiz, cuando visitaba las instalaciones de ese medio de comunicación a ojos del señor Sánchez. Todos recordamos al anterior alcalde o a su portavoz del equipo de gobierno acorralados ante las cámaras (es ironía).
Hay un aspecto que no comparto en lo referente al debate suscitado sobre la designación del día del Santo Voto como festivo local, y es el enfrentamiento o la bipolaridad que socialistas y comunistas pretenden instaurar entre laicos y religiosos. Y no lo comparto por dos razones: primera, no debe sembrarse más división entre la ciudadanía; se ha llevado una propuesta al pleno y ha sido respaldada por dos partidos, segunda: no hay que trasladar el debate político al terreno religioso.
Para VOX, designar el día del Santo Voto como festivo no es un experimento; es cumplir con un compromiso y una convicción. Resulta curioso que el señor Sánchez vea como obligación cumplir con un compromiso electoral, aunque ya sabemos cómo se las gasta el PSOE con las promesas, y sobre todo lo más importante es que califique de atropello que una propuesta salga aprobada por la suma de los votos de VOX y PP. Si en esto ve usted un atropello fíjese en el rodillo que ha estado pasando su partido los últimos 44 años, con o sin ayuda de los comunistas.
El Santo Voto es un elemento vertebrador de nuestra ciudad y merece ocupar su lugar entre nuestros días grandes, no para probar uno o dos años como dicen desde las filas del gobierno del PP, sino para continuar siendo una de nuestras señas de identidad, ahora sí como día festivo.
Félix Canal.
Concejal de VOX en Puertollano