El Gobierno de Castilla-La Mancha da un paso adelante en la atención a los menores con trastorno del espectro autista

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La intervención temprana frente a los problemas de salud mental en la infancia y adolescencia es una de las acciones contempladas en el Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2018/25 presentado el pasado mes de mayo por la Consejería de Sanidad. Ello implica el impulso a programas como la detección y abordaje multidisciplinar de los trastornos del espectro autista (TEA).

Los TEA se encuadran dentro de los denominados trastornos del neurodesarrollo, categoría a la que pertenecen el déficit de atención e hiperactividad o el síndrome de Tourette. Las personas afectadas tienen ciertas dificultades para la interacción con otras personas y la comunicación social y suelen tener intereses y conductas repetitivas y restringidas y se pueden observar estos síntomas desde los 18 meses de edad.

Como ha expresado muy gráficamente Victoria Muñoz Martínez, psiquiatra  responsable de la Unidad de Diagnóstico Precoz del Autismo del Hospital General Universitario de Ciudad Real, “los menores con TEA tienen un funcionamiento cognitivo diferente y es necesario que nosotros nos adaptemos a sus necesidades: tienen un sistema operativo distinto, no un fallo del mismo”.

Según datos de la Consejería de Bienestar Social, se calcula que en la Comunidad Autónoma hay alrededor de 1.500 personas diagnosticadas con trastornos del espectro autista, un número muy significativo si lo comparamos con poco más de seiscientas que había hace diez años. Sólo en el hospital de Ciudad Real se han diagnosticado 78 casos desde diciembre de 2016.

Este incremento de los TEA diagnosticados es una de las razones que llevó al Gobierno de Castilla-La Mancha a impulsar la Estrategia Regional contra el Autismo y a la firma de un acuerdo marco de colaboración entre las Consejerías de Bienestar Social, Educación, Cultura y Deportes y Sanidad.

De dicho documento se derivan ahora las medidas contempladas en el Plan de Salud Mental para su promoción y prevención entre niños y adolescentes en las que el personal sanitario más cercano al paciente juega el papel esencial de activar las alarmas.

Y es que son los profesionales de Pediatría y de Enfermería de Atención Primaria los más capacitados para corroborar o descartar las sospechas de unos padres: “conocen mejor que nadie el desarrollo evolutivo del niño y detectan detalles que pueden ser importantes para el diagnóstico temprano”, ha apuntado la psiquiatra Muñoz.

Además de su experiencia, pediatras y enfermeros cuentan también con la herramienta adecuada para comprobar si hay algo que no va según lo previsto, el M-Chat-R, acrónimo en inglés de Cuestionario Revisado de Detección del Autismo en Niños Pequeños, que permite valorar el desarrollo evolutivo del niño. Según Victoria Muñoz, “el punto de corte, la edad en que se perciben síntomas que llaman la atención, está en los 18 meses”.

Todos a una

Es entonces cuando entran en acción la Unidad de Diagnóstico Precoz del Autismo del SESCAM, los servicios de Atención Temprana de Bienestar Social y, un poco después, los especialistas de apoyo dependientes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.

Aunque hay padres, pocos, que acuden por propia iniciativa, la gran mayoría de los que llegan a los servicios de Atención Temprana acuden aconsejados por el pediatra de su hijo o por el equipo de terapeutas que trabajan en unidades de Neonatos como la del Hospital General Universitario de Ciudad Real.

Si bien la Unidad de Diagnóstico Precoz del Autismo no emite su diagnóstico hasta los 18 meses, ya antes se ha podido constatar que el niño presenta dificultades de comunicación, socialización y/o comportamiento, por lo que es habitual que los profesionales Atención Temprana intervengan desde que dichos síntomas son perceptibles.

En Ciudad Real existen dieciocho equipos de Atención Temprana distribuidos por toda la provincia que cuentan con logopedas, psicólogos, psicopedagogos y terapeutas ocupacionales. Los niños con TEA reciben atención domiciliaria, porque es mucho más beneficioso tratarlos en su entorno habitual, y que no va tanto dirigida a ellos como a sus padres: el profesional trabaja con el niño dos o tres horas a la semana; los padres han de interactuar con su hijo las 24 horas  de los siete días.

Los cuidados de Atención Temprana se mantienen hasta que el pequeño comienza la Educación Infantil, aunque unos meses antes de que vaya a la escuela entran también en liza los profesionales de Atención a la Diversidad de Educación.

El protocolo interno de la Consejería establece que un tiempo antes de que ingrese en Infantil, un orientador inicie el seguimiento del caso y eleve un informe a la comisión de escolarización, que será la que determine el centro escolar más adecuado para las necesidades del pequeño con TEA.

Los menores con cuadros más leves se escolarizan en un centro ordinario, cada uno de los cuales cuenta en plantilla con un orientador y un especialista en pedagogía terapéutica y uno de audición y lenguaje.

Por encima de este nivel, para alumnos con un grado superior de afectación, están las aulas TEA, donde se escolarizan un máximo de seis alumnos por centro. En Castilla-La Mancha hay 27 colegios de estas características, ocho de ellos en Ciudad Real, provincia en la que este mes de septiembre se extenderá a un centro de Secundaria.

Además del cuadro de especialistas con que cuentan todos los colegios, estos centros TEA disponen de un segundo técnico de pedagogía terapéutica y otro de audición y lenguaje y también con un auxiliar técnico educativo para ofrecer más sesiones de apoyo más allá del horario lectivo. Algunos centros tienen asignado incluso un fisioterapeuta.

Por último, en las situaciones más graves se elige un centro especializado para escolarizar al niño. En Ciudad Real capital existen dos, el ‘Puerta de Santa María’, dependiente de la Junta de Comunidades, y el concertado que gestiona AUTRADE, la Asociación Regional de Afectados de Autismo y otros Trastornos del Desarrollo.

Hospital de Día

El seguimiento de la evolución de los niños y adolescentes con TEA recae sobre las Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil existentes en siete de las gerencias integradas del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, que en 2016 atendieron a 9.893 nuevos pacientes y recibieron en consultas de revisión a 65.178, con todo tipo de patologías encuadradas dentro de la salud mental.

Además del reforzamiento de la estructura de atención a los niños con trastorno del espectro autista, el Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2018/25 contempla la puesta en marcha de diferentes programas específicos y la creación de nuevos servicios como un Hospital de Día Infanto-Juvenil en Toledo y Ciudad Real.

Para la psiquiatra Victoria Muñoz, la apertura de este recurso en el Hospital General Universitario de Ciudad Real “va a venir perfectamente a los pequeños con TEA porque en ocasiones no podemos dedicarles todo el tiempo que querríamos y con el Hospital de Día podrán interactuar con más niños y reforzar las terapias de atención temprana. Será una solución ideal”.